El pasado Viernes 18 de Octubre varias cuadras de personas marcharon desde el Obelisco hasta la plaza Independencia en lo que fue una nueva marcha en defensa de la Tierra, del agua y la vida convocada por la A.N.P.

Volante repartido por la Coordinación contra los Megaproyectos:

  Nuevamente salimos a la calle, porque es donde debemos estar. Esta vez aunque la consigna sea contra todos los avatares del capital que día a día se multiplican no es nuestra única causa, sino también es demostrar que ante las embestidas represivas y la criminalización de la protesta seguimos firmes.

  Los tentáculos del poder económico se multiplican y cada vez son más y más destructivos con consecuencias terribles tanto en lo ambiental como en lo social. Manifestamos nuestra oposición a emprendimientos megamineros, a puertos de aguas profundas, a la concentración de tierra, a la contaminación de ríos, a las plantaciones sojeras, a la forestación, a regasificadoras y a las plantas de celulosa. Estos megaproyectos alimentan el poder económico, que enriquecen a los ricos y empobrecen a los pobres. Emprendimientos que causan daño irreparable en el tejido social, en nuestro día a día, en nuestro vivir, en nuestro compartir, en nuestro crecer. También denunciamos la persecución, el hostigamiento, la represión.

  Cuando los señores del poder en complicidad con el Estado maniobran juntos para callar a los que creemos en una forma de vida diferente, sin poderosos que quieran enseñarnos cómo tenemos que vivir, cómo tenemos que comportarnos, cómo educarnos, aparecen las leyes. Las leyes que siempre benefician al que tiene y al que quiere tener más. Leyes que pretenden establecer un marco legal como la ley de faltas, para poder perseguir a quienes disienten con el sistema. Eso es violencia. Mandar a ciertas personas a seguir, amenazar, maltratar, como en los viejos tempos es violencia.

  Contra todas las estrategias del poder y sus manifestaciones salimos a la calle.
  ¡Fuera Aratirí y todos los megaproyectos!

  ¡La tierra no se vende, se defiende!
  ¡La vida no se vende, se defiende!

Coordinación contra los Megaproyectos.

  No vamos ahora a volver sobre los hechos por todos conocidos, no necesitamos, no es nuestra naturaleza revolcarnos en lo trágico, en lo terrible de los últimos golpes recibidos. Son ciertamente despreciables pero para nada son ilógicos, raros. Tampoco nosotros somos víctimas. Repetimos, no somos víctimas, no son víctimas tampoco nuestros compañeros. Pelean, quieren un mundo nuevo sin opresores ni oprimidos. Luchan, van contra el capital que amenaza hasta la existencia misma en la tierra. Se defienden, quieren recuperar su tiempo y su espacio que el Estado les arrebata.
  Los golpes que se han hecho visibles son constantes, los vivimos todos los días en nuestros barrios de forma menos visible, son además la naturaleza misma de los cuerpos represivos llevada por los mercenarios que trabajan para el Estado. Los golpes que vendrán seguramente no serán más débiles, y la razón es el miedo.
  Los poderosos tienen miedo, miedo a la revuelta, miedo a la solución venida de la calle. Miedo a los que no negocian, miedo a los que se levantaron en el Tipnis, miedo a los que se levantan en Brasil, miedo a que perdamos el miedo. Los poderosos le temen a rebeldes pues le temen a la insurrección. No queremos tomar el poder y vamos contra todo poder y eso los desconcierta. Somos la solidaridad hecha calle, el apoyo mutuo hecho calle, la libertad hecha carne. Una libertad que nace acá, en la dignidad y por la pelea.
  Mil veces antes nos han querido detener, nos han matado, nos han torturado y encerrado. Mil veces más nos hemos levantado para volver a empezar. Queremos todo y no negociamos nada, Libertad, autoorganización, solidaridad. Queremos todo y no negociamos nada, respeto, mutuo apoyo, reciprocidad. Queremos todo y vamos a aplastar a los opresores y su mundo. No le pedimos nada a nuestros enemigos, abajo los victimismos, arriba la acción directa.